viernes, 10 de junio de 2011

Elena y Jorge

Les encantan los juegos eróticos y conocer a chic@s y parejas afines con las que llevar a cabo vuestras fantasías?
 Quiere decir que somos dos, quiere decir que nos queremos, quiere decir que disfrutamos mucho más la vida si estamos juntos. Quiere decir que tenemos un pasado, que compartimos un presente, y que cuando hacemos planes para el futuro, los hacemos en común.
Somos una pareja liberal. Algunos saben lo que es esto, otros no. De entre que los saben, sería difícil obtener un consenso sobre lo que significa; Para nosotros ser liberales significa que basamos nuestra relación en una libertad bien entendida. Que creemos que lo que uno de los dos disfruta, nos enriquece a los dos. Que hemos decidido esforzarnos por darnos alas el uno al otro, en lugar de ponernos fronteras.
Significa entre otras cosas que en nuestra vida sexual caben más de dos. Allí donde otros entienden que ser “fiel” es principalmente abstenerse de mantener relaciones sexuales con otras personas, nosotros creemos que la fidelidad se compone de confianza y de honestidad. Siendo honestos sobre nuestros deseos y fantasías, los dos nos hemos dado cuenta de que deseamos probar otros cuerpos, seguir viviendo otras conquistas, dejarnos seducir y disfrutar seduciendo.
Siéndonos fieles, hemos decidido vivir ese deseo juntos, apoyarnos y acompañarnos, en lugar de mentirnos, escondernos o limitarnos.
Nos respetamos profundamente, nos queremos, y nos concedemos el uno al otro muchas cosas que a nadie más corresponden. El sexo, sin embargo, no es una de ellas. Algunos pensarán que es porque le damos demasiada importancia… Cabría pensar que en realidad le damos menos de la que se suele, puesto que son otros los que definen quién es su pareja principalmente en base a con quien tienen relaciones sexuales, y no nosotros. No parece ningún secreto, además, que el sexo es una fuerza devastadora que arrastra también a aquellos que tan bien dicen dominarla: la prostitución es un negocio sólo comparable al tráfico de armas o drogas (¡y nadie argumentará que sólo los solteros la consumen!), la pornografía inunda internet, las familias se rompen por “infidelidades”, millones abandonan a la persona con la que han convivido, criado a sus hijos, compartido años y años, por alguien más joven y más atractivo sexualmente, o en muchos casos, simplemente por alguien distinto para su cama. ¡Ciertamente, si los liberales estamos locos por lo que el sexo nos hace hacer o la importancia que le damos, no somos los únicos!
No queremos llamar a engaño: no esperamos la aprobación de nadie, no la necesitamos ni nos preocupa mientras tengamos su respeto, que sí exigimos. No creemos que la nuestra sea la única respuesta, ni criticamos con nuestro modo de vida el que puedan haber elegido otros. Si lo que lees aquí te resulta incomprensible, no te sientas amenazado, ¡no te asustes! Este es “nuestro” mundo, pero sabemos que no es el único.

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